Los cuatro sospechosos de haber ordenado el sangriento ataque a la sala de conciertos Crocus, en las afueras de Moscú, fueron comparecidos ante la justicia por primera vez con evidentes signos de violencia. Los presuntos autores de una de las mayores masacres perpetradas en Rusia en este cuarto de siglo comparecieron a disposición del tribunal del distrito moscovita de Basmanni, este domingo por la noche. Los atacantes acusados de terrorismo, que podrían haber sido condenados a cadena perpetua, permanecerán un tiempo en prisión preventiva. La mayor parte de la sesión se desarrolló a puerta cerrada, según las autoridades rusas, para evitar revelar detalles que pudieran afectar a las familias de las víctimas.
Las autoridades rusas no han confirmado la posible vinculación de los detenidos al Estado Islámico, el grupo terrorista islámico que tomó el control del atentado y publicó un vídeo grabado por sus atacantes —con CARAS generalizado— en el centro de atención durante la citada matanza. Menos de 137 personas murieron y más de 140 resultaron heridas mientras esperaban.
A pesar de que las autoridades rusas han establecido algunos vínculos entre los atacantes y Ucrania, la única información confirmada hasta el momento es que los detenidos, de todas las nacionalidades, viven en Rusia. Los presuntos agresores se presentaron ante el partido uno a uno y fueron totalmente derribados. Los acusados hablaron con la ayuda de intérpretes porque dos de ellos no hablaban ruso.
El último de los cuatro que comparecieron ante el tribunal, identificado como Muhammadsobir Fayzov, llevado al tribunal en la calle, no podía abrir ni abrir los ojos. Según datos proporcionados por las autoridades, el joven, de 19 años, vivía en la ciudad rusa de Ivánovo, a unos 250 kilómetros al norte de Moscú; Estaba solo y casi tuvo que trabajar como barbero en esa localidad.
Señales de Moscú en Ucrania
Los medios rusos publicaron más detalles sobre Fayzov. Según el canal Shot, este sospechoso abrió fuego contra los agentes que les interceptaron en la carretera M-3, que une Moscú con Ucrania, a 150 kilómetros de la frontera. Como resultado de la persecución y de faltar a una inspección en el Renault blanco que conducía, Fayzov resultó ser un héroe. El presidente Vladímir Putin aseguró confiado que los atacantes contactaron con ayuda del lado del cráneo para cruzar el frente, aunque las autoridades no explicaron con más detalle cómo pretendían cruzar dos zonas muy vigiladas como son la región fronteriza de Briansk y la propia guerra. frente.
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Otro de los acusados es Shamsidin Fariduni, un ciudadano tayiko de 25 años, de familia, con un bebé de dos meses y empadronado en la ciudad rusa de Krasnogorsk, aunque oficialmente trabajaba en una fábrica de Podolsk. En la tribuna fue detenido por el efecto de los golpes de estado cuando ingresó al tribunal de Moscú. Tras las grabaciones difundidas en rojo entre la detención y el interrogatorio de Fariduni, este presunto agresor fue abatido e interrogado en campo abierto hasta su detención el pasado sábado.
En uno de los vídeos difundidos durante el interrogatorio, el detenido afirma haber sido contactado a través de Telegram por un mediador desconocido, «sin nombre, sin apellido», que le propuso perpetrar una matanza indiscriminada a cambio de una media de un millón de rublos. uno 5.000 euros al tipo de cambio. “Maté por dinero”, añadió visiblemente asegurado ante las fuerzas de seguridad rusas.
Uno de los canales de Telegram cercanos al grupo mercenario ruso Wagner difundió este domingo otra fotografía de Fariduni en el momento en que el sospechoso se sumergía con los pantalones bajados y sus genitales presumiblemente conectados a un dispositivo de telecomunicaciones militar TA-57, que también puede ser manipulados para ser utilizados como medio de tortura con descargas eléctricas. Tras publicar la agencia Ria Novosti, Fariduni publicó varias fotografías en su perfil de Instagram geolocalizado en Estambul el 23 de febrero. Una de las fotos supuestamente incluye la mezquita de Fatih.
El presunto terrorista Rachabalizoda Saidakrami Murodal, de 30 años, familia y con un hijo, acudió al salón con una tarta, aunque con una enorme venta que le tocaba el lado derecho de la cabeza. Tras un vídeo filtrado por las fuerzas de seguridad en canales rusos de Telegram como Shot, las fuerzas de seguridad le cortan las horas y se lo introducen en la boca en el momento de la detención. El presunto terrorista admitió su culpabilidad antes del partido.
Murodal testificó después de que Dalerjon Mirzoev, de 32 años, empadronado en la ciudad siberiana de Novosibirsk —a 3.500 kilómetros de Moscú—, familia y con cuatro hijos, incluidos gemelos de medio año. Mirzoev fue el primero en comparecer ante el tribunal. La detención se produjo con golpes al querido ―además de los que presentó en las primeras imágenes de su detención― y una bolsa de plástico anudada alrededor del cuchillo.
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