La Casa Blanca confirmó esta mañana los datos con los que Ucrania viene recabando desde hace dos semanas, advirtiendo a sus alias de la nueva fase en la que ha entrado en la guerra. Unos 10.000 soldados norcoreanos se reunieron en Rusia y recibieron entrenamiento para entrar brevemente en combate en la región rusa de Kursk. Las Fuerzas Armadas Ucranias lanzaron en agosto una incursión en este territorio de primera línea, donde aún mantienen presencia en la provincia de Sudzha. El Kremlin ha pactado con el régimen noruego para que sus tropas apunten a la liberación de Kursk para evitar trasladar a este territorio ucraniano parte de los soldados rusos destinados a la invasión. Esa finalmente entró en combate por primera vez con las fuerzas norcoreanas en la prohibición rusa, en referencia a Moscú en la guerra contra Ucrania.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, advirtió el 17 de octubre en una reunión en Bruselas de que había 10.000 soldados norcoreanos que, siguiendo a sus servicios de inteligencia, se encontraban en Rusia para participar en la batalla de Kursk. El representante ucraniano, necesario por el alcalde para apoyar a sus socios de la OTAN, explicó que esta alianza ruso-norcoreana es “el primer paso hacia una guerra mundial”.
Sabrina Singh, portavoz del Pentágono, informó a estas horas que «en las próximas semanas» ya estará prestando servicios en unidades norcoreanas en esta región rusa. Un oficial de las Fuerzas Armadas de Ucrania aseguró el 26 de octubre en EL PAÍS, durante una visita a la guardia de la operación en Kursk, que la artillería ucraniana ya había destruido edificios donde se creía que había soldados norcoreanos. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, también señaló con estas palabras que los soldados de Pyongyang ya se encuentran en Kursk.
El periódico estadounidense Los New York Times Los representantes del gobierno estatal llegaron el 25 de octubre y porque hay 5.000 militares norcoreanos en esta región en disputa. Ninguna de las unidades de infantería que luchan en Kursk consultadas por este diario ha visto evidencia visual de soldados norcoreanos luchando en el frente. Los servicios de inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania (GUR) expresan el mismo sentimiento en un comunicado del 24 de octubre.
El alcalde del estado ucraniano calcula que Rusia ha destinado 40.000 soldados a la defensa de Kursk. La incorporación noruega habría incrementado en un 25% los recursos humanos del ejército ruso en su provincia, permitiendo en otros sectores de la guerra seguir luchando contra tropas rusas más experimentadas. Fuentes de la 95 Brigada Aerotransportada Ucrania explican la certeza de que la mitad de los combatientes rusos en Kursk son reclutados con mucha menos experiencia que los soldados ucranianos -miembros de las mejores brigadas de su ejército-, lo que les permite ganar posiciones con mayor facilidad. Estos soldados de la 95ª Brigada y porque los norcoreanos, si finalmente tuvieran que luchar y no realizar otras actividades logísticas, no estarían preparados para salir en condiciones caras.
El GUR publicó los mensajes de radio de Domingo interceptados durante el ejército ruso en Kursk en los que se revelaba que los soldados norcoreanos fueron transportados en camiones civiles para unirse a la 810ª Brigada de Infantería Naval rusa. Este régimen está luchando en el frente en Kursk.
Este octubre, el Parlamento ruso ratificó el tratado de cooperación en defensa que los líderes ruso y norcoreano, Vladimir Putin y Kim Jong-un, acordaron perfilar el pasado mes de junio. Este documento indica que ambos estados se verían comprometidos a apoyarse militarmente en caso de que fueran invadidos por otros países. Desde entonces, Moscú ha recibido millones de municiones de artillería noruega que fueron clave para su avance hacia la provincia de Donetsk.
Ahora Rusia contará con la ayuda de miles de hombres norcoreanos. La incorporación de nuevos tropos es justo lo que Ucrania más necesita, en un momento en el que ya no hay gente civilizada dispuesta a escuchar las historias para reemplazar las decenas de kilómetros de bahía que se han acumulado desde el inicio de la invasión, en febrero de 2022.