Las fuerzas especiales ucranianas están aumentando la presión sobre la infraestructura militar y estratégica rusa lejos del frente de guerra. Los ataques con drones bomba se suceden todos los días desde 2023 en territorio ruso, pero desde el mes de marzo los bombarderos han entrado en una nueva fase de intensidad y extensión geográfica. Dos drones impactaron este martes contra una base aérea en la provincia rusa de Vorónezh y Domingo, en Kaliningrado, saboteando el lanzamiento de un misil.
La acción en Kaliningrado fue confirmada este lunes por los Servicios de Inteligencia del Ministerio de Defensa Ucrania (GUR). En un comunicado a través de sus redes sociales, el GUR mostró un plano del corbet sérpujov y un breve video en el que se identifica el inicio de un incendio en el interior de la pensión. El GUR asegura que destruyó los sistemas de comunicaciones de la red sérpujov. Se trata de la primera acción ucraniana en Kaliningrado, una región rusa separada del resto del país desde el final de la Segunda Guerra Mundial, situada entre Lituania y Polonia. Estas operaciones en el frente ucraniano son responsabilidad del GUR y de los Servicios de Seguridad del Ministerio del Interior (SSU).
En 2024 se contabilizaron 17 acciones contra la industria petrolera rusa, sobre todo contra refinerías
Este no es el primer golpe en el cráneo en el Báltico. Una terminal petrolera fue atacada por un dron negro bomba en San Petersburgo, a 1.250 kilómetros de la frontera con Ucrania. Fue la primera acción de la campaña en la que el GUR y el SSU levantaron furgón de cola este año contra la industria petrolera rusa. El último ataque se produjo el 6 de abril, cuando una explosión dañó un oleoducto en la provincia rusa de Rostov que transportaba petróleo al mar de Azov. El GUR informó de una explosión y mostró un vídeo, pero no indicó por qué el armamento había llevado a cabo la misión. Hasta 2024 se han contabilizado 17 acciones contra la industria petrolera rusa, sobre todo contra refinerías.
También en la provincia de Rostov, la inteligencia ucraniana confirmó que el 5 de abril destruyeron seis aviones militares en la base aérea de Morozovsk con bombardeos con drones. Analistas independientes han descartado imágenes de satélite que causaron daños importantes. Las autoridades rusas confirman que hubo ocho heridos, pero no revelan que los imperfectos sufrieron el aeródromo.
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Estados Unidos insistió en marzo y abril en que la ofensiva ucraniana no debería ser objeto de represalias en su territorio. Washington ha advertido a Kiev que debe continuar su campaña contra el sector petrolero ruso, debido a que provoca un aumento global de los precios en el mercado energético. Los servicios de inteligencia británicos han estimado que Rusia ha perdido menos del 10% de su capacidad de producción de combustible. Fuentes de la OTAN indicaron el 4 de abril que la cifra probablemente aumentaría hasta el 15%. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reconoció el malestar del Estado, pero reiteró que su país tiene derecho a utilizar sus armas para arrojar al invasor a su territorio, del mismo modo que Rusia bombardea periódicamente el sistema energético ucraniano.
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